martes, 22 de septiembre de 2009

- Miedo -

Una fobia, es un miedo irracional, obsesivo y angustioso hacia determinadas situaciones, cosas o personas. A la hora de enfrentarnos a cada una de esas situaciones, el cerebro se encarga de regular las emociones, la lucha, la huida y la evitación del dolor, y en general de todas las funciones de conservación del individuo. La sensación de angustia y ansiedad, desemboca en la pelea, la huida y la rendición, siendo la primera consecuencia la única manera de fortalecerse y romper cada uno de los muros psicológicos que nos impiden el llevar a cabo muchos actos que realmente deseamos, pero que casi no somos capaces ni de pensar con sosiego por lo que ello representa.
Sorprendentemente, a pesar de la anterior descripción el miedo provoca adicción, con tanta o más fuerza que muchas otras drogas, como consecuencia de la segregación de adrenalina por parte del cerebro, que provoca un aumento en la agudeza de todos y cada uno de nuestros sentidos, a la vez que una intensa sensación de emoción y placer; "doloroso placer". Dicho esto, considero que una persona que nació con fobias, o las adquirió a lo largo de su fase de crecimiento (a parte de los miedos fundamentales en cualquier ser humano), es una persona realmente afortunada, pues doblemente puede sentir satisfacción cada vez que se enfrenta con decisión a cada una de esas batallas emocionales, y sale victorioso, o se hace más fuerte tras recuperarse de una lucha que en su primer encuentro ha vencido el miedo; pues cada caída solo te hace más fuerte, y el dolor duele menos cuan más heridas hayas sido capaz de sanar, ya sean físicas o psicológicas. Una vez conoces y te enfrentas a él, ya no puedes vivir sin él, y el poseerlo a cada momento de tu vida, es el tener en tu mano la capacidad de crecer y ser una persona más fuerte, autónoma y no manejable.
Por otro lado, escoger la rendición, sumisión o huida, implica directamente la dotación a quien/es (o a "lo que") tenga/n en su/s manos la capacidad de asustarte, de poder directo sobre tu persona débil e influenciable.
Prefiero morir de pie a vivir arrodillado, y nunca dejaré que nada ni nadie sea un obstáculo poniendo un muro en mi camino con piedras de miedo... no importa que tan alto sea el muro; si muero será escalando, pero nunca sentado esperando y soñando con llegar al otro lado. Todas las barreras físicas son franqueables, y las psicológicas existen única y exclusivamente dentro de tu cabeza, por lo que en tu vida eres tú y nadie más quien se limita a la hora de vivirla.
Es importante saber que la decisión y autoconfianza son esenciales a la hora de llevar a cabo una batalla; el pensar una y otra vez cuál es el mejor momento para iniciar el enfrentamiento, solo aporta nervios, temblores, inseguridad... y aumenta notoriamente la posibilidad de "fracaso"; a su vez si el final va a ser doloroso, lo será tanto o más cuanto más tardes en padecerlo, y más tiempo muerto habrás perdido dedicándote a empequeñecerte, retrasando así la cicatrización del batacazo para llevar a cabo el próximo intento. Un buen método para evitar esa pérdida, es el gritar tan fuerte como puedas echando así toda la mierda fuera de tu cuerpo, y golpeándote contundentemente en la cabeza, evitando así que esta siga retrasando lo inevitable. "Cada caída me hace recordar que aún sigo vivo".
No es más fuerte el que más daño hace, sino quien más dolor es capaz de soportar sin tambalearse; los animales más débiles se ensanchan y enseñan los dientes cuando están asustados, así como existen personas que se escudan procurando causar miedo, camuflando así su carencia de valor y agallas hacia el resto de mundo. Pero una vez más, esto son solo palabras, y lo que realmente habla son los actos, a pesar que estos, al igual que los versos, no tienen por qué definir al poeta... termino contrastando estas palabras, con imágenes y sonidos con una buena dosis de decisión y pulso al miedo (Al dolor físico), y sobre todo de sobredosis de "cordura": locura o incoherencia.
PD: jajajaja; o como dicen los modernos: "hahahaha".



*Completo la entrada con el vídeo de alguien muy famoso y tremendamente perjuiciado por culpa del poder basado en la "política del miedo"; más de uno se sorprenderá.

1 comentario:

  1. Me gusta el punto de vista desde el que has tratado el tema, y que veas tan positivo el enfrentarte a los miedos. Es cierto que la superación de los obstáculos nos hace ser más fuertes, y que las heridas duelen menos si has dejado que cicatricen pronto. Que mostrándonos imperturbables ante una situación de pánico hace que salgamos mejor parados. El problema está en que el miedo también incluye fobias desconocidas, y ¿qué se hace entonces? Sin saber a que se tiene miedo, es imposible enfrentarte a ello, y por lo tanto, el disfrute de ese “doloroso placer” no existe, es más, se convierte en la peor de las pesadillas, porque cada uno somos los culpables de nuestras limitaciones, sí, y luchar contra uno mismo es de lo más difícil. También puedo decir que considerar a una persona con miedos, afortunada, es como decir que un ciego debería sentirse de la misma manera por no ver. No hay peor sentimiento que el tener miedo y no saber a qué.

    De todas formas esto sólo es un matiz. Hay miedos fuera de lo conocido.

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