viernes, 9 de enero de 2009

- Una acción; dos reacciones (Agosto de 2008) -


Una mentira -> dos mentiras o 10 lágrimas.
Un golpe -> dos golpes o 10 lágrimas.
Un insulto -> dos insultos o 10 lágrimas.
Una trampa -> dos trampas o 10 lágrimas.
Una traición -> dos traiciones o 10 lágrimas.
Un rechazo -> dos rechazos o 10 lágrimas.
Una bala -> dos balas o 10 lágrimas.

Se trata de una realidad tan cierta como simple. Ante ti un niño que no comprende de mal ni de odio, incapaz de dañar por placer o pura naturaleza; grítale, dale una bofetada y observa como las lágrimas mojan su rostro mientras los ojos le tiemblan buscando la razón por la cual merece sentir ése dolor, puesto que el humano es humano porque siempre busca la razón. Sigue observando, sigue golpeándole y cuando sea lo suficientemente fuerte como para golpearte canjeará cada una de las lágrimas por golpes de venganza, siempre y cuando haya conseguido no ahogarse en su propio llanto antes de llegar a éste momento. El dolor solo se mata con gritos o con lágrimas. Grita hasta que otro grite o llore, el gritará hasta que otro grite o llore, el gritará hasta que otro grite o llore... los que lloraron habrán matado con dolor una porción de su alma; los que gritaron sentirán alivio y serán otro eslabón de la cadena que crecerá y crecerá hasta hacerles gritar de nuevo. Los que lloraron serán más vulnerables; cada lágrima llenará un poquito más una botella que desbordará dando paso a su muerte, a no ser que se vacíe a tiempo con balas de amor o golpes de odio. Los que gritaron, gritarán y gritarán hasta rasgar su garganta y entonces llorarán aún con mas fuerza que el que decidió hipotecar un trocito de si mismo con la esperanza de poder recuperarlo algún día gracias al amor. Los que gritan vivirán drogados por falsos antídotos de odio, y solo podrán sentir alivio temporal; solo podrán sobrevivir con su droga y un muro impedirá que sientan amor; sobrevivirán inertes Los más cobardes recibirán y vivirán entre odio y mentiras; los animales más débiles ensanchan su cuerpo y enseñan los dientes cuanto más miedo tienen a los demás. Serán fuertes los que no ejecuten sentencias similares a las de sus verdugos, serán tan fuertes cuantas más lágrimas hayan sido capaces de evaporar con besos; solo son fuertes aquellos que han caído y han conseguido dejar de temblar para volver a tenerse en pie; serán mas fuertes porque lo único sólido y eterno es el amor puro y la verdad, los débiles rodarán y rodarán... gritarán y gritarán... y nunca sentirán... puede que mueran y no lloren hasta el último instante, pero al menos en ése momento sabrán que su vida no ha merecido la pena para nadie: sin amor nunca llegaron a estar realmente vivos, y no habrán dejado una sola huella en el mundo que les haga seguir vivos tras el parón de sus latidos... solo dejarán corazones pisados... sin verdaderos vínculos... quizá entonces alguien quiera dejar una huella, pero sobre sus lápidas. Dos caminos:
- No te arriesgues y vive en un círculo en el que sufrirás tan poco como amor podrás llegar a sentir; vive solo y muere sin que el mundo haya notado tu presencia más que para seguir la cadena. Vive sin llegar a sentirte vivo y tampoco tendrás que "depender de" para seguir con los pies sobre la tierra; solo importarás tu en tu mundo.
- Arriésgate, sufre y corta la cadena; confía y persiste poniendo tu vida en manos de la esperanza; quizá alguien cure tus heridas y cambie todo el odio contenido por amor, quizá alguien te la pida y la tire al contenedor... pero para gozar el placer, hay primero que sufrir el dolor...
Amar es la única forma de poder morir, puesto que sin amor nunca pudiste sentirte vivo...
Las lágrimas llevan al odio y el odio lleva a las lágrimas... al dolor y al odio solo se los lleva el amor... el amor solo se lo lleva el odio y la mentira...
Decide tu mismo que estás dispuesto a vivir, haz que tu vida merezca la pena... o muere sin haberla vivido.
No es más fuerte el que más daño hace, sino el que más dolor es capaz de soportar sin tambalearse.
¿Del amor al odio hay un paso? Cuando el amor muere o lo matan, es difícil no ahogarse en angustia y la única manera de afrontar una realidad es creyendo que odiamos lo que amamos ante la impotencia infinita de no entender por qué se nos ha hecho daño; solo así nos sentimos capaces de seguir adelante, pero no es más que un autoengaño que siempre termina desvaneciendo... es mucho más fácil olvidar con odio que con tristeza.


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